Lo que hace que TEE sea único es su combinación estructurada de los tres elementos: estudio personal, reuniones de grupo y aplicación práctica.

Estudio personal: los participantes trabajan en lecciones cuidadosamente preparadas que utilizan el aprendizaje activo, en lugar de la lectura pasiva. Cada lección les ayuda a interactuar con las Escrituras, adquirir nuevos conocimientos y comenzar a conectarlos con su propia experiencia de vida.

Reunión de grupo: los miembros comparten lo que aprendieron en el primer paso, reflexionan sobre su experiencia y aprenden unos de otros. Cada grupo tiene un líder de grupo, cuya función es facilitar, en lugar de sermonear. Los miembros se preparan para el tercer paso decidiendo cómo pondrán en práctica la lección.

Aplicación práctica: Lo que se aprendió en los pasos 1 y 2 ahora debe aplicarse en la vida diaria de los miembros. La aplicación práctica es el objetivo de los cursos TEE. Entonces este paso implica una tarea específica.

Líderes de grupo: Crear este ambiente es tarea del líder de grupo. Tienen que combinar la habilidad de liderar debates animados con el carácter de dar un buen modelo a seguir y el compromiso de dar su tiempo voluntariamente cada semana para servir al grupo. Un programa TEE depende o depende de la calidad del líder.

Por lo tanto, los líderes deben recibir capacitación, estímulo y apoyo adecuados en su función. Para saber cómo se puede equipar su iglesia para iniciar un programa TEE, contáctenos .